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Perú, un Estado tóxico

Perú posee una inmensa riqueza mineral en sus impresionantes montañas andinas. Es el segundo productor mundial de cobre y plata y un importante productor de oro. Pero bajo su sol abrasador, la opulencia metálica coexiste con una pobreza abyecta. La minería es dos veces más importante que el turismo en la economía peruana. Pero los Andes siguen siendo el hogar de algunas de las comunidades indígenas más pobres del país, quechua hablantes cuya riqueza mineral fue saqueada en su día por los españoles y ahora es explotada por empresas multinacionales.

Perú: Un Estado Tóxico es un viaje de 6 años que recorre 20.000 mil kilómetros y 35 comunidades mineras haciendo una crónica del neocolonialismo de la industria minera actual. En 2021, Perú celebró su 200 aniversario de independencia, pero la riqueza mineral andina es hoy tan ajena a las comunidades indígenas como lo fue bajo el dominio colonial. Entre 2021 y 2022, una ola de protestas barrió Perú, cuya geografía está definida por la minería. Ya en 1566, los españoles explotaron una mina en Santa Bárbara. Más tarde, se trasladaron a Cerro de Pasco, donde la búsqueda de riqueza fue tan descarada que el pozo casi se traga la ciudad. A día de hoy, las ciudades mineras coloniales de Perú viven en la pobreza. La minería saqueó sus riquezas y las fuentes de agua locales, creando campos muertos y matando al ganado, motor de la economía de la población local.