Toma mi mano
Pensaba que acompañar un aborto iba a ser un momento oscuro. Suele tener lugar en un lugar cerrado, de noche y rodeado de un aura de ilegalidad y peligro. Venezuela es uno de los cinco países de América Latina que prohíbe el aborto. Muchas pasan por ello solas porque temen más la penalización social que la ley. Pero esta mujer no estaba sola. Una compañera le tendió la mano.
Las Acompañantes son una red secreta de mujeres que acompañan a otras a abortar de forma segura, ya que los hospitales no practican el procedimiento libremente. Documenté a una utilizando la sombra, el movimiento y la luz para proteger sus identidades de la inteligencia gubernamental y la policía. Las acechan a través de la vigilancia online y en las concentraciones que he fotografiado. A pesar de la persecución, los Compañeros siguen trabajando en las zonas más empobrecidas del país.
La causa más común es el dinero. El país atraviesa una crisis económica desde 2013. La pobreza extrema crece continuamente y las mujeres son las más afectadas en esta ecuación. Los entes públicos no publican cifras de mortalidad materna desde 2016 y el desconocimiento pone en riesgo a las mujeres, sobre todo a aquellas que forman parte del 94,5% de la población que vive por debajo de la línea de pobreza, según la organización de derechos humanos Provea.
Sin inmutarse por el estatus legal del aborto y la penalización social, las mujeres llevan adelante interrupciones del embarazo por necesidad. Asumen el gran riesgo de infringir la ley y poner en peligro su integridad física y mental. Las que no se ponen en contacto con los Compañeros se ponen en peligro a sí mismas utilizando las herramientas equivocadas, siendo estafadas en el mercado negro de píldoras abortivas y estando solas durante el procedimiento.
Hoy en día, el boca a boca, las redes sociales y los esfuerzos organizados están extendiendo la concienciación en el conservador país, mientras las autoridades persiguen a las Acompañantes e ignoran los proyectos de ley con nuevas propuestas de salud sexual y reproductiva. Aún así, cada vez más mujeres deciden formar parte de la red secreta a pesar de detenciones como la de Vanessa Rosales en 2021. Ella proporcionó píldoras abortivas a una superviviente de violación de trece años.
Es importante documentar ahora el inicio del movimiento de la Ola Verde que apenas ha llegado a Venezuela, pero que está arrasando en la región. «Sostén mi mano» retrata la resolución de las compañeras de sostener la mano de quienes deciden interrumpir un embarazo en un contexto hostil. Muestra la hermandad, el coraje y la lucha secreta por la libertad de elección.