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Doscientos veinte y ocho muertos en la peor dana del siglo en España

El 29 de octubre de 2024 España sufrió una de las peores inundaciones de su historia con más de 228 víctimas mortales.

Pueblos de la provincia de Valencia amanecieron cubiertos de barro y escombros. Puentes, carreteras y líneas ferroviarias fueron destruidas y miles de coches fueron arrastrados por el torrente de agua.

En las localidades mas afectadas se registraron precipitaciones de entre 400 y 500 litros por metro cuadrado en pocas horas, causando inundaciones severas, pérdidas humanas e incalculables daños materiales y medioambientales.

El sistema de alertas que debía informar a los ciudadanos de la amenaza del temporal llegó a sus teléfonos móviles cuando muchos ya estaban luchando por sus vidas y empezaban a despedirse de sus familiares. Cientos de personas pasaron la noche en lo alto de camiones o coches, subidos a los techos de tiendas o gasolineras, o atrapados en sus vehículos en carreteras atascadas hasta que fueron rescatadas.

Vecinos y voluntarios se llenaron de barro hasta el cuello a diario en un intento de paliar los estragos causados por el temporal, mientras los equipos de rescate intentaban localizar a los desaparecidos e identificar los cadáveres de las víctimas, pero los reclamos por la falta de ayuda de equipos oficiales y el sentimiento de abandono por parte de las instituciones era cada vez mayor.

En medio de esta catástrofe natural y con este clima de crispación la tensión estalló con la visita de representantes políticos y de los reyes Felipe VI y Letizia a Paiporta, la zona cero de la catástrofe. Entre abucheos e insultos, vecinos y voluntarios arrojaron objetos y barro contra los representantes políticos y de la realeza española.

La magnitud del temporal deja unas cifras descomunales. A las víctimas mortales hay que sumar unas 75.000 viviendas y unas 15.700 empresas que quedaron anegadas. Más de 130.000 vehículos destruidos que en muchos puntos contribuyeron al colapso de puentes y pasarelas. También quedaron arrasados colegios y centros de salud. En cuanto al desastre ambiental, se han visto afectados los dos pulmones verdes y escudos frente a los efectos del calentamiento global que en la zona mediterránea: el Parc Natural del Túria y el de l’Albufera.

En contraste ante tanta desgracia, destaca la ola de solidaridad de miles de voluntarios anónimos armados con cubos, palas y escobas camino del barro. Una ayuda crucial de la falsamente bautizada como generación de cristal en una zona donde el estupor todavía persiste.