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Resistencia poética

El impenetrable chaqueño, en el norte argentino, es un ecosistema de selva seca amenazado por la deforestación.

Muchas comunidades aisladas han encontrado en la apicultura una alternativa sostenible que no solo genera
ingresos, sino que también protege el monte: “Donde hay apicultores, no se corta un solo árbol”, dice Luchy Romero,del Sauzalito. Sin embargo, la reciente modificación de la Ley de Bosques, impulsada por el gobierno del Chaco, podría ampliar la deforestación a más de un millón de hectáreas, afectando la biodiversidad y la producción de miel. “Si el desmonte avanza, las colmenas pierden su fuente de alimento”, advierte el experto Pablo Chapulina.

En un mundo donde la miel artificial inunda el mercado, la miel certificada del Chaco Argentino no solo garantiza trazabilidad, sino que abre el debate sobre el impacto ambiental de la producción de alimentos. Más que un
producto, es un acto de resistencia: preserva la biodiversidad, sostiene economías locales y demuestra que es posible producir sin destruir. Comer miel es comer monte.

Esta es una historia de simbiosis: la cooperación entre un ecosistema, sus abejas y sus humanos.