Abuelas trans del movimiento LGBTTTIQ+

En los años 70’s la identidad de género no figuraba en ninguna agenda en México, para las Mujeres Trans llegar a los 50 años era una cuestión de supervivencia. Ellas vivieron lo que los titulares de la prensa de la Revista Alarma! llamó «Mujercitos», una publicación que exhibió y humilló a quienes se identificaron con lo femenino. Vivir un linchamiento mediático a través de la nota roja derivó con el asesinato, desaparición y suicidio de muchas de ellas. Una publicación de 1970 de la Revista Alarma! donde evidencia de manera fotográfiica diferentes redadas a manos del Departamento de Investigación Policiaca y de Tránsito (DIPT) a los sitios que frecuentaban las mujeres trans. El contenido estaba lleno de títulares transfóbicos y discursos de odio a dicha comunidad.

Una adulta mayor trans comparte la parte qué más le gusta de su cuerpo. Actualmente es trabajadora sexual.

Vero y Ruby se tienen una a la otra, ambas fueron olvidadas por sus familias y ambas han vivido situaciones de vida en las que se han apoyado por ser sobrevivientes a la misma persecución trans.

Ruby porta con orgullo una bandera Trans, cuenta que todos sus vestuarios los igualó a una vedette, a pesar de que logró verse como una y convivir en los mismos círculos, ella no tuvo las mismas oportunidades para tener una vejez digna.

Denisse es poeta, se dedica a rescatar animales. Laboró más de 10 años para una compañía que la despidió cuando decidió confesar su identidad de género, no le dieron ninguna liquidación, ni ningún otro incentivo a pesar de que no faltó a ninguna regla de la compañía.

Vero fue considerada una de las mujeres trans más hermosas en aquella época, sus clientes cercanos iban desde artistas y políticos de la época.

Ruby es originaria del norte de México, huyo de su casa cuando le confesó a su familia la identidad que tenía, al ser rechazada buscó una mejor vida en la Ciudad de México, en su estancia consiguió trabajo como sexo servidora, muchas veces quiso cambiar de empleo pero su identidad de género no le permitió conseguir ningún otro trabajo. En la fotografía muestra una foto que le hizo una revista Alemana sobre el tema de los refugios de las trabajadoras sexuales cuando envejecen.

Con el paso de los años Vero ha dejado las calles debido a que los aceites modelantes que se inyectó en aquella época la han llevado al hospital varias veces. Actualmente ha querido ser una adulta mayor que reciba apoyo para el retiro, pero al no contar con papeles se lo han negado en diversas ocasiones. Vive a través del apoyo de sus amigas, a quienes considera familia. En la foto está acompañada de sus grandes amores.

Ruby, se maquilla mientras cuenta que ella siempre le gustó arreglarse: vestidos, zapatos, cabello; todo lo igualó como una vedette, a pesar de que logró verse como una y convivir en los mismos círculos, ella no tuvo las mismas oportunidades para tener una vejez digna.

En los años 70’s la identidad de género no figuraba en ninguna agenda en México, para las Mujeres Trans llegar a los 50 años era una cuestión de supervivencia. Ellas vivieron lo que los titulares de la prensa de la Revista Alarma! llamó «Mujercitos», una publicación que exhibió y humilló a quienes se identificaron con lo femenino. Vivir un linchamiento mediático a través de la nota roja derivó con el asesinato, desaparición y suicidio de muchas de ellas.

De aquellos años se recuerda el México de las reinas del cabaret, de las estrellas del teatro musical y del cine, ellas estuvieron cerca de este México, sin embargo, por su identidad de género fueron negadas y violentadas, constantemente tuvieron persecuciones encabezadas por el Departamento de Investigación Policiaca y de Tránsito (DIPT).

Ellas se consideran las abuelas del movimiento LGBTTTIQ+, ellas se ven históricas, a través de diferentes organizaciones en pro de los derechos de la vejez trans, buscan una reparación del daño físico, emocional, psicológico y económico que enfrentaron en manos de los gobiernos del PRI.

Actualmente no figuran en las marchas del PRIDE a pesar de ser las pioneras que en 1979 encabezaron la primera marcha por los derechos de la comunidad lésbica y gay.