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El depósito de chatarra

Rostros ensangrentados por las luces destrozadas; espaldas marcadas y desgarradas por caídas sobre tachuelas; frentes marcadas por tenedores y alambre de púas; euforia, gritos, cerveza, adrenalina. Esto es la lucha libre extrema en El Junkyard de Tultitlán, Estado de México, una de las zonas más violentas de los extensos suburbios de la Ciudad de México.
Aquí no hay asientos.


El público observa el espectáculo desde coches destrozados, desde remolques hasta patrullas. La cerveza y los cigarrillos acompañan los gritos de los cientos de personas que se reúnen aquí una vez al mes para presenciar el brutal espectáculo. El público observa el espectáculo desde coches destrozados, desde remolques hasta patrullas. La cerveza y los cigarrillos acompañan los gritos de cientos de personas que se reúnen aquí una vez al mes para presenciar el brutal evento.
Cada espectáculo es único y el público nunca sabe qué esperar. Los espectadores deben permanecer alerta, ya que a veces la acción se sale del ring y se traslada a los capós de los coches abandonados. Un luchador puede ser lanzado contra el techo de un coche o contra la grava llena de piedras.

¿Por qué la gente asiste a espectáculos tan brutales? La lucha libre extrema ofrece una liberación catártica a los espectadores. Es un espacio en el que pueden gritar y formar parte de algo violento sin temor a ser juzgados. «Es emocionalmente seguro tanto para los espectadores como para los luchadores», afirma Laura Berron, psicóloga clínica especializada en terapia conductual racional-emotiva.


«Violencia para escapar de la violencia».


Así es como lo describe SickBoy, luchador de Zona 23 con más de 30 años de experiencia. «Aquí se canaliza la violencia, a diferencia de fuera, en la jungla, donde la violencia no tiene motivo». Así es como lo describe SickBoy, luchador de Zona 23 con más de 30 años de experiencia. «Aquí se canaliza la violencia, a diferencia de fuera, en la jungla, donde la violencia no tiene motivo: salarios, tráfico, corrupción. Todos necesitamos un lugar para liberar esa frustración; por eso funciona Zona 23. Lo sacamos todo aquí para poder ir a trabajar más tranquilos».
Según un informe de 2023 de la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, Tultitlán se encuentra entre las 50 ciudades del país prioritarias en materia de seguridad. Los robos a mano armada, los feminicidios y la violencia doméstica son habituales en este municipio, situado a una hora del centro de la Ciudad de México.
¿Por qué estos luchadores arriesgan sus vidas?


«Por los aplausos», dice Paymon Zatack, que se autodenomina «el luchador excéntrico» por ser miembro de la comunidad LGBTQ+ y darlo todo en cada combate. «Me encanta la reacción del público cuando golpeo el suelo, cuando caigo sobre un tubo fluorescente, cuando aterrizo sobre un parabrisas… Esa reacción. Para mí, eso significa que hice bien mi trabajo».