La cantina se llamaba La Barca de Oro, como la canción, trataba sobre irse. Y ahora, ya no existe.
Un lustrabotas, un guitarrista que pasa, un hombre con los brazos levantados en el bar. En El Tercer Mundo, todo sucede al mismo tiempo y nadie parece tener prisa.
La rocola tiene la forma de un teléfono inteligente, pero todo lo demás es atemporal: burlarse, esperar, beber, reír.
Un intercambio borroso, un abrazo tierno y el espacio entre ellos. La cantina no separa las historias, las apila.
Era tarde. Sus gestos se reflejaban en el espejo. La noche llegaba a su fin.
La pared estaba agrietada, la pintura descascarillada. Su pantalla brillaba limpia y fría. Dos mundos, compartiendo una mesa.
Dos hombres se sientan en silencio bajo la luz azul del neón. Afuera, una pared amarilla brilla con la palabra «estacionamiento», un recordatorio de que algunos lugares no son para moverse, sino para detenerse.
Todos en la cantina conocían a Don Mathías. Había vivido una historia más grande que la de la mayoría y la llevaba consigo sin necesidad de decir mucho. Esa noche, estaba sentado solo, como solía hacer, con dos cervezas, el sombrero calado y algo pesado en el silencio.
Las palomas son una vista habitual dentro de La Poblanita, conocida como Las Madres por los lugareños. Algunos dicen que la difunta Doña Carmen regresa aquí, tomando la forma de una paloma, posándose bajo los santos y el tenue resplandor de la cantina.
Ni la reina, ni el as. Solo los dos, aún esperando a ver qué pasa.
Gotas de Fuego, ambientada en las cantinas oaxaqueñas, reflexiona sobre el anhelo, la separación y las conexiones fugaces. Inspirado en una canción que utiliza el amor como metáfora del alcoholismo, el proyecto también examina la catarsis emocional que los hombres expresan en estos espacios, sentimientos que a menudo se reprimen en casa o en público debido a la cultura machista. Las cantinas se convierten en lugares donde aflora la vulnerabilidad, capturada a través de imágenes sinceras pero compuestas que utilizan la luz, el color y la emoción para evocar la complejidad.