El hijo de Abdu-Rahnan duerme en la intemperie en una propiedad donde los dueños les permiten quedarse luego de ser desplazados. Abdu-Rahnan solía vivir en una aldea vecina en Wadi al-Seeq, con otras 31 familias. Sin embargo, después del 7 de octubre, un activista israelí que trabaja con la comunidad los alerto sobre un chat en línea donde colonos llamaban a realizar una masacre en Wadi al-Seeq la comunidad de Abdu-Rahnan. El 10 de octubre, los colonos llegaron a la aldea y comenzaron a atacar a toda la comunidad, golpeándolos en el suelo, poniéndoles botas en la cara y disparando al aire. Adbu-Rahnan afirma: «Después de la paliza, nos reunieron a todos en un lugar, nos dijeron que teníamos una hora… cualquier palestino que quedara aquí moriría». Toda la comunidad se fue el 12 de octubre y se han desplazado por las áreas circundantes. La familia Kabnaah ha sido desplazada ya dos veces desde que huyó de Wadi al-Seeq, moviéndose entre diferentes propiedades en Ramun. El dueño del terreno donde viven actualmente les ha permitido quedarse temporalmente y no saben qué harán una vez que tengan que irse.
El 4 de junio, Mahmud Jibril Nawaja, su esposa y sus ocho hijos se vieron obligados a abandonar sus hogares cuando la Policía Fronteriza de Israel ejecutó la orden de demolición. Mahmud trabajó en la construcción toda su vida, ahorrando 250.000 shekels (67.000 dólares estadounidenses) para construir su casa. Dos meses después de la construcción, en 2022, la Administración Civil Israelí declaró la casa no autorizada y, tras una larga batalla legal, Mahmud perdió su hogar. La Policía Fronteriza de Israel monto guardia mientras destruye la casa y los sueños de Mahmud en Jwaya, en las colinas del sur de Hebrón, Cisjordania.
Ibrahim vive con su esposa, sus tres hijos y su familia: 15 personas en total. Los colonos siempre han intentado invadir sus tierras. El 9 de octubre, colonos llegaron armados a su propiedad, Ibrahim afirma que «nunca había sido así». Dispararon munición real cerca a sus pies y luego lo derribaron en el suelo, donde le apuntaron con sus rifles de asalto. Sufrió graves heridas en la espalda y los colonos no permitieron que una ambulancia accediera a atenderlo. Su familia finalmente lo llevó a la carretera principal, donde pudo ser trasladado al hospital. La familia pudo volver a su casa luego de este suceso en el sur de Hebrón, aun viven con el miedo latente de ser desplazados de su hogar.
En el camino hacia la residencia Jamel Mahharza, en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania, se ve una bandera israelí rota, colocada por colonos de un puesto avanzado (asentamiento ilegal) cercano. Jamel Mahharza vive en la propiedad con su hermano y su familia, un total de 20 personas. En marzo, la familia recibió una orden de demolición y, el 6 de junio, Jamel vio llegar excavadoras a su propiedad mientras pastoreaba sus cabras. Al llegar, la Policía Fronteriza israelí obligó a su familia a entrar en una tienda de campaña y comenzó la demolición. En el proceso, cortaron los cables de los paneles solares y su propiedad actualmente no tiene electricidad. La familia ha regresado a las tiendas de campaña, cerca a una cueva que utilizan para dormir.
Un comandante de uno de los grupos militantes de Jenín posa para un retrato en el campamento. Prefirió mantener su identidad oculta por motivos de seguridad.
Durante una redada en el campo de refugiados de Jenín, soldados de las IDF utilizaron la casa de Alaa Pwaqneh como base para sus operaciones militares. Su familia fue obligada a permanecer en una habitación, las IDF subieron al piso superior y excavaron un agujero en la pared del baño para que lo utilizara un puesto francotirador, paradojicamente su padre fue asesinado de la misma manera un año antes. Alaa posa para un retrato en el lugar que utilizó el francotirador.
Un vehículo pasa por los estrechos callejones del campo de refugiados de Jenin. la población del campo ha crecido en los ultimos años, los residentes comenzaron a construir sobre sus propias casas para sus familias. Muchas de las casas en Jenin son de construcción propia, lo que crea un ambiente único de pequeños callejones y estructuras superpuestas. Se colocan lonas negras en las casas y pasillos para disuadir los ataques con drones, ya que las IDF atacan rutinariamente los campos para acabar con los militantes que operan en la zona.
Mohammad Adel Al-Sarahin fue asesinado en un puesto de control en Hebrón cuando recibió un disparo el 19 de Noviembre del 2023. No tenían relación con ninguno de los grupos armados de la región. Mohammed tenia 21 años, su familia aún investiga el motivo del asesinato. Su comunidad lleva su cuerpo en un funeral desde la mezquita hasta el cementerio para ser enterrado.
Un militante posa para un retrato con su arma, cuyo cargador lleva una pegatina de un antiguo miembro de la resistencia caído en Jenin. Es habitual que los militantes marquen sus armas con imágenes de combatientes de la resistencia que han caido.
Una residente de Jenin llora la pérdida de su hijo, quien fue asesinado en noviembre de 2023 en el campo de refugiados de Jenin durante una incursión de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). En este territorio hay un cementerio para mártires, pero se ha llenado recientemente debido a la intensificación de los enfrentamientos con las IDF. Ahi se está construyendo un nuevo cementerio en un terreno cerca del campo.
El mundo observa en silencio la transmisión en vivo de un genocidio, una sombra se cierne sobre Cisjordania, donde se está produciendo una oleada de violencia sin precedentes. Desde el 7 de octubre, he convivido con familias palestinas vulnerables, atacadas por colonos extremistas, que amenazan sus vidas y hogares. Es cada vez más común ver familias de pie sobre escombros que antes eran hogares, producto de las demoliciones realizadas por la Administración Civil Israelí. El desplazamiento de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en busca de militantes palestinos sigue aumentando, mientras que más civiles mueren en el proceso. Con cifras récord de violencia, demoliciones y operaciones militares, Cisjordania está en crisis.
El desplazamiento palestino alcanza actualmente su nivel más alto, superando las 40.000 personas, en Cisjordania desde la guerra árabe-israelí de 1967. Tan solo el año pasado, el territorio ocupado sufrió la mayor confiscación de tierras en casi 30 años. Mientras la situación en Gaza se agrava, y la cobertura mediática es vital pero limitada, Cisjordania a menudo recibe poca cobertura y es ignorada. Aunque el acceso internacional a los periodistas está completamente bloqueado en la Franja de Gaza, aún existen pequeñas oportunidades para contar historias sobre el territorio de Palestina, mientras aún existe.
Desde noviembre de 2023, he dedicado los ultimos dos años cubriendo la nueva realidad de Cisjordania. Desde familias desplazadas sin refugio, funerales de civiles inocentes en Hebrón e incursiones de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en el campo de refugiados de Jenin, he sido testigo de la rápida escalada en el territorio ocupado. Las siguientes imágenes retratan la guerra olvidada en Cisjordania y ofrecen una breve visión de lo que está en juego para la comunidad de palestina, esto es un todo o nada.