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Las heridas abiertas de la guerra en Iraq

La pérdida de la infancia, las amputaciones, los traumas, la violencia, los desplazamientos y el abandono escolar pasan factura a los más vulnerables. Los niños afectados por los múltiples conflictos en Iraq se enfrentan a un futuro incierto. Las armas explosivas matan y hieren a miles de civiles cada año, durante y después del conflicto armado. Los niños representan aproximadamente la mitad de las víctimas de artefactos explosivos.

Los conflictos armados se libran cada vez más en zonas pobladas, como las ciudades, donde los niños representan una gran parte de la comunidad. Cuando se utilizan armas explosivas en estas zonas, más del 90% de las víctimas son civiles: muchos, niños o sus padres. Estas son las repercusiones de años de conflicto en Irak. En la década de 1980, Irak e Irán se sumieron en una guerra que duró más de ocho años. Ahora, treinta años después, miles de víctimas siguen esparciendo los restos de sus seres queridos en zonas próximas a la frontera, como la región de Basora, aún contaminada por restos de explosivos.

Irak sigue siendo uno de los países más contaminados por minas terrestres y artefactos explosivos del mundo. Según el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas, Irak tiene registrados aproximadamente 2,85 kilómetros cuadrados de tierras contaminadas, incluidas las zonas reconquistadas al Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), lo que pone en peligro a 8,5 millones de personas.

Este reportaje fotográfico se publicó en EL PAÍS SEMANAL

https://elpais.com/eps/2022-07-09/las-heridas-abiertas-de-la-infancia-en-irak.html