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Origen

PorGlorianna Ximendaz
Mi bisabuela a los 14 años, por aquel entonces huyó de casa para evitar los abusos sexuales y físicos que recibía de su padrastro. Después de eso, se quedó sin hogar durante un tiempo.
Mi tatarabuela fue perseguida por un ex presidente militar/dictador costarricense que la violó y la dejó embarazada. Su objetivo era cortarle el pelo y secuestrar a su hija. El simbolismo de una mujer de pelo corto en aquella época era una deshonra por no ser virgen fuera del matrimonio. Ella huyó a Panamá y se escondió durante varios años hasta que él fue expulsado del país.
Fotografía en llamas del dictador militar y ex presidente de Costa Rica que violó y embarazó a mi tatarabuela, después de eso, fue amenazada con secuestrar a su hija. Tuvo que escapar a Panamá durante varios años ya que trabajaba como su cocinera.
A los 18 años, llorando en la bañera días después de haber sufrido abusos sexuales, vivía sola en Argentina, lejos de mi país de origen, fui abusada por un famoso fotógrafo mientras asistía a su taller. Estaba sola y asustada y utilicé la documentación como forma de verbalizar mi trauma.
Una fotografía del fotógrafo que abusó de mí.
La autodocumentación fue mi principal herramienta para superar y verbalizar mi trauma
Oír fuegos artificiales suele asociarse a la alegría y la excitación; sin embargo, en muchas culturas también pueden representar una transformación.
Una foto de mi madre y mi bisabuela. A una edad temprana, mi madre fue abusada sexualmente, le tomó 50 años para verbalizarlo, sólo después de que le mostré este trabajo en progreso.
Autorretrato, la autodocumentación fue mi principal herramienta para superar y verbalizar mi trauma
El vientre de mi madre tras sufrir violencia obstétrica durante su operación de histerectomía, realizada por un ginecólogo que posteriormente fue acusado de delitos de abusos sexuales.
Una fotografía de mi tatarabuela que pasó años de su infancia en Almirante Panamá escondiéndose de los militares que la buscaban.
Mi abuela siempre me decía que las mariposas representan el renacimiento de nuestro matriarcado.
Mi madre y yo llevando a mi hija en el vientre, tres generaciones juntas.
Una fotografía de mi placenta. Cuando nació mi hija, corté el cordón umbilical junto con los lazos de las cicatrices y heridas de mis abusos.
Una fotografía de mi embarazo.
Mi abuela me habló del poder curativo del agua, años después, sentí ese poder por mí misma, y ahora sigo buscando refugio en ella, el agua simboliza el regreso a un lugar sagrado.
Mi abuela me habló del poder curativo del agua, años después, sentí ese poder por mí misma, y ahora sigo buscando refugio en ella, el agua simboliza el regreso a un lugar sagrado.
Mi abuela tenía discapacidad Intelectual como consecuencia de un accidente, cuando era adolescente, 3 hombres mayores la violaron aprovechándose de su condición. 60 años después habló de ello con mi madre.

Una fotografía del padrastro de mi bisabuela que supuestamente la violó.
El fuego simboliza el nacimiento, la resurrección, la esperanza, la purificación, la eternidad.
El impulso de conectar con mi niño interior, de curar mis heridas, de reescribir mi historia, de superar y evitar la revictimización de nuestras historias.

En abril de 2023, en Costa Rica, una niña de 13 años fue el centro de los medios de comunicación cuando le robaron a su bebé de 9 meses, supuestamente por su padrastro de 33 años, que también resulta ser el padre del bebé (es decir, el violador de la niña).

En América Latina, las estadísticas siempre han ido en contra de las mujeres, 5 de los 12 países con mayor tasa de feminicidios del mundo se encuentran en la región.

Entre el 60% y el 76% de las mujeres y niñas de América Latina y el Caribe han sido víctimas o han vivido algún episodio de violencia de género en diferentes ámbitos de su vida.

Origen es un proyecto personal a largo plazo que pretende abordar las historias de abuso sexual y violencia en mi linaje materno, yo incluida.

Como mujeres, hemos experimentado el poder abusivo de nuestras sociedades patriarcales, habiendo sido silenciadas, maltratadas, oprimidas y asesinadas.

El proyecto nació como un viaje interno de sanación a través de imágenes actuales y recuerdos del pasado, buscando recuperar el control de nuestros cuerpos, almas e historias.


La discusión con las mujeres de mi familia me ha hecho relacionarme con ellas a un nuevo nivel, mientras tanto, descubro cómo mi embarazo y el hecho de convertirme en madre me han impulsado a sanar y detener esta herencia no deseada que hemos sufrido de nuestras generaciones pasadas.

Soy Glorianna, hija de Mónica, nieta de Sonia, bisnieta de Guillermina, tataranieta de Ofelia y tataranieta de Herminia.

Lo que no se nombra no existe, nuestra existencia es resistencia.

Glorianna Ximendaz