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Territorios Violados – Cómo La Fiebre Del Oro Deja Su Cicatriz En Las Mujeres Indígenas Yanomami

A pesar de estar protegido -en teoría- por el Estado brasileño, el territorio indígena yanomami, situado en la frontera de Brasil y Venezuela, ha sido abandonado e invadido por unos 20.000 mineros de oro ilegales, que violan a las mujeres indígenas, el futuro de los jóvenes y la tierra. Los delincuentes vigilan las zonas de extracción de oro con armas pesadas, como fusiles, y atacan a tiros a sus oponentes. En una sola comunidad yanomami se registraron diez ataques en un solo año. Los mineros ilegales también han expulsado a los equipos sanitarios, el único signo del Estado que quedaba en la zona, huyendo de las amenazas.

Entrar con seguridad en estas zonas tomadas por la minería ilegal es imposible. Queríamos escuchar a las mujeres yanomami hablar de lo que ven a diario en este contacto con los mineros, pero no hay otra forma de escucharlas sin ir al lugar. Los indígenas que viven en estas zonas tienen miedo de hablar. No hablan portugués y rara vez salen de sus aldeas, aisladas en la selva, a más de una hora de avión de la ciudad. Intentamos organizar una visita sobre el terreno a dos comunidades cercanas a las zonas mineras, pero los líderes nos desaconsejaron la visita y dijeron que no podían garantizar nuestra seguridad.

Para escucharles, tuvimos que hacer una operación de guerra: sacar en avión a las mujeres de las aldeas afectadas y llevarlas a una ciudad donde aún no se hubiera producido la explotación minera. Así que promovimos una reunión de mujeres de tres regiones diferentes. Con la ayuda de dos traductoras yanomami, escuchamos las terribles historias que viven a diario.

Fotografiar fue todo un reto, ya que no pudimos visitar las comunidades más afectadas por la minería. En su lugar, pedimos a las mujeres que se ocupan de esta actividad criminal que dibujaran lo que más ven, sienten y temen. Las imágenes que dibujaron de ríos contaminados, helicópteros y aviones sobrevolando sus casas, y hombres con los genitales al descubierto acosando a las mujeres se superpusieron a las fotografías, haciendo coincidir los dibujos con la mujer que había hecho el dibujo. Para garantizar la seguridad de las mujeres de los pueblos invadidos, se protegió su identidad. Las mujeres cuyos rostros son visibles viven en los pueblos que no fueron invadidos. Sin embargo.

Se trata de un proyecto colectivo:

Escritora: Talita Bedinelli
Redactora: Eliane Brum
Asesoría antropológica: Ana María Machado
Traducción yanomami: Ana María Machado, Ehuana Yanomami
Dibujos: Mujeres yanomami y artista yanomami Ehuana Yanomami
Fotografía: Pablo Albarenga
Este reportaje se realizó con el apoyo del Instituto Socio Ambiental