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MERCY

PorAndrés Cardona
En mi primera visita con la Unidad de Búsqueda al cementerio donde se encuentra la fosa común y quizás el cuerpo de mi madre, sentí una conexión con este árbol, una ceiba que fue encendida el día que comenzó la exhumación y para posiblemente recuperar el cuerpo de mi madre. Las luces representan a los más de 100.000 desaparecidos en Colombia y, al mismo tiempo, la esperanza de sus familias que buscan estos cuerpos en un país en medio de un conflicto armado. Hace veintinueve años, mi madre fue asesinada y desaparecida, y este proyecto surge de una necesidad básica: hacer visual lo que ya ha pasado y lo que no es evidente para los periodistas porque es pasado. Mi madre era miembro de la Unión Patriótica, un partido político de izquierdas que fue exterminado y sus miembros asesinados en complicidad con el Estado colombiano.
La muerte no es sólo el acto. También es la consecuencia y, en este caso, es la soledad, la austeridad, la falta de alegría y la tristeza que perdura durante años. Mis primos Jaider, a la izquierda, y Sara.
María Vargas era mi abuela, fue una sobreviviente del conflicto armado colombiano, después de muchas semanas en cuarentena contrajo el Coronavirus y murió el 9 de agosto de 2020. solo le faltó llorar sangre.
Mi tío, producto de la guerra, desapareció durante muchos años; lo volvimos a ver después de 6 años sin saber nada de él. Este día está en un espacio de reincoporación, ante el abandono de las armas.
El Ejército Nacional los hizo pasar por guerrilleros, los mató y los metió en una fosa común. Foto de 1993.
Hernando y Aldemar, los hijos mayores de mi padre y mi tío, en una recreación del entierro de sus padres. Es una representación de lo que significa perder a un padre.
Después de 29 años del asesinato y desaparición del cuerpo de mi madre, hoy estamos con el equipo forense de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Mercy fue asesinada por miembros de las Fuerzas Militares Colombianas. Después de 2 años de investigación y el testimonio de testigos de la época, se determinó el lugar donde posiblemente se encuentra el cuerpo de mi madre.
Enid sostiene ropa de su madre María, que murió por Covid-19.María pidió a sus hijos que incineraran sus pertenencias cuando muriera. La familia se reunió alrededor de una hoguera e hizo realidad su petición, la familia no pudo realizar los rituales católicos tradicionales a los que están acostumbrados, así que este momento fue el momento de despedirse de ella. Esta fotografía forma parte de un proyecto que documenta el duelo tras la muerte de un familiar en medio de una pandemia, el aislamiento y la vida en un pueblo en medio de la Amazonia colombiana.
Mi tío Euclides fue comandante rebelde de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Después de 40 años como rebelde, lleva las cicatrices de múltiples heridas.
Mi tía Luz vive en el campo, ella y su familia son colonos de la Amazonia, siempre ha huido de la violencia, llora desde la distancia.
El antropólogo de la Unidad de Búsqueda empezó a encontrar restos óseos en la exhumación de una fosa común donde posiblemente se encuentra el cuerpo de mi madre.
El 3 de septiembre de 1993, mi madre celebraba un taller con campesinos cuando ella y varias personas más fueron ejecutadas tras ser acusadas por los militares de ser guerrilleras.
Mi madre Luz Mercy Cruz tenía 22 años cuando fue asesinada por el Ejército Colombiano y puesta en una fosa común, por pertenecer a la Unión Patriótica, un partido político de izquierda. las 29 velas son los 29 años que llevo buscándola y los documentos en medio de las imágenes es lo único que me queda de ella. … muchos papeles de una demanda al estado, esta foto fue tomada en el lugar donde posiblemente se encuentre el cuerpo de mi madre, con la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas comenzamos hoy a cavar un hoyo que terminó siendo de 7 metros de ancho y 2 metros de profundidad. En este lugar logramos recuperar 6 cuerpos, pero tengo que esperar los resultados de ADN para corroborar si uno de esos cuerpos es el de mi madre.
En 60 años de violencia en Colombia, aproximadamente 20 personas de mi familia han sido asesinadas. Este proyecto trata sobre el duelo, la búsqueda de la verdad y lo que la guerra ha dejado en mi familia. Sara posa en el arbusto de flores frente a la casa de su abuela.
La familia visita la tumba de María el día que cumpliría 90 años. Debido a la pandemia, algunas personas no habían podido ver este lugar, ya que no podían viajar o por miedo a contraer el Covid.
La ausencia es sentirse solo en medio de muchos, es la falta de algo o alguien de lo que sólo se tienen pocos recuerdos. Es el ser que fue pero que ahora sólo permanece en la memoria.
Mi tío Noé fue torturado por las Fuerzas Militares Colombianas durante 15 días en 1987, lo colgaron de los brazos a un árbol, le rompieron la clavícula, le arrancaron las uñas, lo acusaron de ser guerrillero injustamente. Ha sido desplazado 4 veces a causa del conflicto armado, se hizo adicto al cigarrillo y hoy tiene dificultad para respirar.
Tras la muerte de María, la familia se aisló y seis personas dieron positivo en la prueba de Covid-19. No poder ver a su abuela hizo que muchas personas cayeran en depresión.
La exhumación de la fosa común donde posiblemente se encuentra el cuerpo de mi madre estaba programada para realizarse en dos días, pero por problemas de lluvia, clima y terreno se extendió por 6 días, días y noches moviendo lodo, restos de basura y algunas ropas que en medio de la tierra brotaban, cada objeto que se relacionaba con una mujer, era una posibilidad de llegar a esos cuerpos y tal vez encontrarme cara a cara con mi madre, con lo que queda de ella después de 29 años de su desaparición. Este vestido fue encontrado en la tumba, este vestido cuenta una historia de alguien que la guerra enterró y cuenta también la búsqueda que nosotros, los familiares, llevamos a cabo, a veces eterna.
Mi abuela María murió en la pandemia de Covid-19 y con ella se fue la memoria viva de mi familia, con ella se fue la memoria de la violencia y la guerra que un día la hizo ir a la selva y que con los años la guerra la persiguió. Aquí yace la que fue mi madre adoptiva, la abuela que entregó su vida y su vejez a mi futuro, las hojas que mueren al inicio del verano amazónico son el retrato de cómo se va mi alma con su partida fugaz, sin despedida.
Emely es el miembro más joven de la familia y nació cuando comenzaron las conversaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.
Yeimi fue la persona que vivió los últimos meses con María, hizo un altar donde está la virgen en honor a su abuela.
Hoy es 24 de noviembre de 2020, la abuela María cumpliría 90 años, la familia decidió visitar su tumba en el cementerio.
El último puerto que visitó mi madre fue en un municipio del sur de Colombia llamado Curillo en el estado de Caquetá. Allí fue perseguida por soldados que la obligaron a irse, tres meses después de estar aquí fue asesinada en otro estado.
Soñar ahogado es un sueño recurrente de mi infancia, vivía en una casa pequeña de 3 habitaciones, eramos 5 personas y en mi sueño estaban los cuerpos de mi familia ahogados.

En 1993 cuando yo tenía 3 años, mi padre fue asesinado por el Ejército Nacional en el sur de Colombia, lo acusaron de guerrillero y lo fusilaron sin juicio, luego lo metieron en una fosa común en compañía de mi tío que también fue asesinado. mi madre fue asesinada 8 meses después también por militares del gobierno colombiano y la metieron en una fosa común, su cuerpo no fue entregado y nadie pudo ir a reclamarlo por miedo a morir. Mis padres tenían ideas socialistas y los mataron por eso. Se acabaron los cumpleaños y los álbumes familiares se llenaron de fotos de los muertos y ahí empezó la tristeza en todos, desde niña tuve muchas más pesadillas y nunca hablé de ellas, hasta que hace 6 años empecé a preguntar a mis familiares sobre sus pesadillas (muertos, inundaciones, asesinatos, violencia) y sentimientos que ha dejado la guerra. Yo conocí la guerra, los bombardeos, los paramilitares y la guerrilla porque en mi pueblo nunca hubo paz. Después de años tomé el archivo familiar, los sueños y sentimientos de una familia colombiana en medio del conflicto y empecé este proyecto fotográfico. Este proyecto fotográfico es sobre mi familia y cómo nos afectó la violencia en Colombia, es sobre mí y lo que nos dejó la guerra después de perder a unos 20 familiares.

No conocí la paz, siempre hubo guerra en mi infancia y el proceso de paz firmado entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia «FARC» y el Gobierno Nacional permitió que por un par de años se sintiera tranquilidad en el territorio donde vivo. Hoy el panorama ha cambiado y pareciera que la paz solo es una utopía para quienes vivimos la guerra.


En el año 2022, junto con la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, se estableció un lugar en un pequeño pueblo donde posiblemente se encuentra el cuerpo desaparecido de mi madre. Estuve documentando la exhumación, extrayendo restos óseos con los antropólogos y haciendo el duelo a través de fotografías, por eso este proyecto también trata sobre la búsqueda del cuerpo de mi madre y el duelo.


«MERCY» es el nombre de mi madre, es agradecimiento y misericordia y este proyecto es lo que quiero contar de lo que puede ser un ejemplo de la búsqueda de los desaparecidos y la eterna violencia a la que nos enfrentamos los habitantes de la América Latina rural.

Andrés Cardona