Tiempo y verdades
La pandemia transfiguró, de manera abrupta, el tiempo de las cotidianidades. El evento confinó nuestros registros a los espacios lícitos y pactó una suerte de corriente fotográfica de lo íntimo y lo cercano. La nostalgia intrínseca que tiene una fotografía – esa melancolía plasmada en su desvanecimiento – es lo que hace frente a este tiempo de dolor.