Historias del conurbano profundo

Retrato de Marcela en el comedor donde alimenta a más de treinta chicos y a más de cien mayores.

BUENOS AIRES, Argentina — “Tenemos chicos y gente grande, cartoneros del barrio que ahora están parados por la pandemia. No tienen otra entrada, y capaz esta es la única comida del día. Somos varias mujeres trabajando, pero necesitamos ayuda en todo sentido para alimentar a más de cien personas, que es lo que recibimos en este momento. Nos encantaría hacerlo todos los días, pero no llegamos con la mercadería,” explica Marcela.

Un barrio histórico de Lomas y otro barrio que recién empieza, con casas de chapa, madera y piso de tierra. Ambos con instalaciones precarias de luz, sin gas natural ni cloacas. Familias numerosas que viven del cartoneo. Historias del conurbano profundo donde no se puede pensar qué serie de Netflix mirar o qué libro leer para entretenerse en cuarentena. No hay tiempo para aburrirse cuando no se sabe si esta noche habrá algo de comer.