Vittorio: la ilusión especular de un tiempo incierto
Documentar la vida cotidiana del hogar es bastante natural para cualquier fotógrafo, especialmente después del nacimiento de su hijo y, por supuesto, en un período tan inesperado como esta cuarentena en medio de una pandemia, no podría ser diferente. Vittorio, mi único hijo, tiene 4 años. Como cualquier niño es muy activo y exige mucha atención, se aburre y al mismo tiempo parece comprender la gravedad de la situación. Los niños son adaptables, impulsivos, inquietos, y es un gran desafío mantener una convivencia saludable en esta condición de confinamiento forzado.
En este pequeño ensayo casero busco cierta ambivalencia de sentidos e impresiones, el contraste entre luz y sombra, claro y oscuro, en una fotografía vernácula, espontánea, despojada, algo que desea una experiencia real pero falla dos veces: en la ilusión de la fotografía y la paternidad como espejo del mundo y del alma. ¿Es esto una metáfora?