Vivir despacio le da valor a la vida
¿Por qué fotografío ancianos? Porque son el caminar la vida despacio, con sus pasitos juntos, firmes y valientes. Son el conocimiento, la experiencia, la sabiduría y el significado de la vida.
Nos empeñamos en vivir deprisa, sin disfrutar de los instantes ni de las personas. Cuanto más rápido actuamos más cosas creemos poder vivir y, cuando nos damos cuenta, la vida ha pasado y aquello que hemos vivido casi no lo hemos disfrutado.
Con el paso de los años nuestras articulaciones y huesos ya no funcionan igual, nuestra mente tampoco. Debemos vivir despacio de forma obligada y llega la revelación: vivir despacio le da valor a la vida. Comenzamos a perder el miedo a decir lo que pensamos, nos da igual que nos juzguen, nos permitimos estar de mal humor, de buen humor, felices, tristes, porque nos permitimos vivir, que es lo más sagrado que nos queda.
Sin embargo, los ancianos, en muchas ocasiones, tienen que sufrir la impaciencia de los demás. Nos enerva su lentitud, que no nos comprendan al instante o que ni siquiera nos puedan escuchar. A mí, observarlos me produce paz, me genera esperanza, la esperanza de que un día aprenderemos a vivir sin prisas, y que no necesitemos llegar a la vejez para disfrutar lentamente de lo importante, del regalo más preciado que tenemos: la vida.
En esta pandemia nuestros ancianos han sido los más perjudicados. Los hemos tenido que echar de menos de forma obligada y espero que esto sirva para que seamos más conscientes de su valor.