© Wilo Ayllón – VIENDO EL FUTURO – Autorretrato, cubierto de mis miedos, mis expectativas, mis sueños, mis ganas locas de volver a la segura vida pasada, al borde del futuro, del presente que se viene sin seguridad alguna. Incertidumbre y curiosidad al mismo tiempo.
Señor, la casa se ha vuelto cuerpo
y el cuerpo es ahora extraña compañía
país para hibernar
donde la vida es pájaro que no encuentra acomodo
y la sombra del hombre más cercano
es puente hacia el abismo.
No dejes que despierte
que el día se ha vuelto un río interminable
donde todos se hunden
no dejes que me duerma
sin que aflore a mi boca una oración.
Concédeme el olvido
el regreso a la sangre y su tierra diminuta
permíteme el dolor.
Porque afuera la noche es la noche más negra
y en ella se diluye el mundo y su delirio
porque a mi patio llega el canto de la muerte
y mi boca está seca
y mi mano cerrada
como la hoja que cae antes de ser barrida.
© Wilo Ayllón – SOLEDAD –
Mi hija decidió tomarse un tiempo lejos de su pareja, para volver a reconectarse consigo misma, volver a entenderse, volver a verse sin más referentes que sus emociones, sus decisiones, sus miedos, sus sueños, volver a la carga con su amor propio como bandera.
© Wilo Ayllón – ELLAS –
Parte de las escapadas de dos amigas en cuarentena, que la rompen para verse y darse un abrazo, compartir tiempo, acompañarse. La una es extranjera, no tiene a nadie mas que a su amiga, la segunda decidió pasarla sola alejada de su familia que vive en la misma ciudad. La necesidad del abrazo, del contacto, de sentirse cercano a alguien, acompañado, contenido.
