La peste besa en la boca a toda la humanidad
Y un día desperté adentro de mí
era una migrante indocumentada
deseosa de entrar al paraíso
donde el imperio se dice ha puesto a resguardo la vida
días y días aguardando como si me fuese negada la luz
no era algo desconocido para mí
más me adentraba
más crecía la desesperación para que en mis oídos
irrumpiera como un portento el sonido único del tren
aguardaba con mi cuerpo cubierto de miedo
a la bestia de la liberación
ser mujer ser NN
ser la noche que trae el silencio bien anudado a su entraña
ser un agujero apenas
es cargar con la marca de la peste
y un día desperté adentro de mí
las goteras del cielorraso en vano intentaban la música
soy muy niña aún pero sé
conozco el olor de la pobreza
sé que no tener zapatos nuevos para ir a la escuela
duele en el vientre y en el corazón
dice mi madre
que es en el corazón donde queda la marca
la que te excluye
la pobreza es una peste que alguien deja caer sobre cuerpos inocentes
y un día desperté adentro de mí
andando por tus ojos desvaídos
supe que tu cuerpo
ya no era el cuerpo amoroso que me acogía
que la distancia entre nosotros era imperativa
que tenías que recluir tus cuchillos del amor
que las píldoras no traían la salvación
que apenas ofrecían un recreo antes de la muerte
y que sida era el nombre de la peste que vagaba por la sangre de los amorales
y un día desperté
no era mujer migrante
no era una niña pobre
ni una amoral
pero la peste había decidido besar en la boca a la humanidad toda.