Yo te congelo, tiempo

Poesía por María Casiraghi, ilustración por Francine Alves

A veces, hasta en el horror,

cuando no queda tiempo,

es tiempo de existir.

 

¡Que se congele el tiempo

ahora!

Lo sentencio a cien años de estatismo.

Que se vuelva de mármol

este día tan bello

con tanto sol y cielo azul

tierra negra que sembrar

y no me alcanzan las horas

para el orden de mi estante

los papeles se me vuelan

la planta se está secando

¿y quién le trae agua a mi boca?

 

Que se congele el tiempo

así puedo sacar a la calle

todos los escombros

lo que sobra

echarme yo misma en un volquete

y que me lleven por error al basural.

 

Te condeno mundo

a que te calles

todo el tiempo que te diga que te calles

ningún vecino

ningún llamado

ningún político

y el plomero que no venga

que se hunda la casa

que no llame a la puerta esa niña pidiendo

la realidad me desarma

y yo solo quiero estar entera

en esta nueva vida vieja.

 

Que se congele la tierra

frizada en sus bordes y en el centro

intacto mi jardín andaluz

y sus blancas manchas de paloma

toda mi huerta

y mi pequeño mundo de hojas

 

mi hijo

también que se congele

que deje de crecer

sólo por hoy

en este día

tan falso y tan eterno

 

y mi amor

que no se mueva nunca

porque el paso del tiempo lastima nuestros cuerpos

los vuelve pasado

y el pasado es hermoso, pero no puede besarse.

 

Yo sé que después, mucho después

con todo ese tiempo congelado

construiré un espejo largo

de esos que multiplican las figuras

y todo volverá a suceder

 

ajenas, las veré pasar una por una

a las escenas donde estuve y donde no

sentada en una cómoda butaca de nube.

 

El frío del nada cambia

modelará mi cuerpo muerto

ese vacío de siglos

sanará mi urgencia.

 

Un deshielo es un deshielo

es como vivir

 

pero morir es otra cosa

se parece a vivir eternamente

en un instante elegido.

 

Lo importante es congelarse a tiempo.