La ciudad y la niebla
Ningún puente o templo se escapó, se volvieron más y más transparentes hasta que se diluyeron completamente.
Ningún puente o templo se escapó, se volvieron más y más transparentes hasta que se diluyeron completamente.
Me ha pedido que hagamos el pacto de no tocarnos. Al principio, me costó, pero no hay nada que un niño no pueda comprender, así que ahora nos acariciamos solo con la mirada.