Video llamada
La video llamada era el medio para que los cuerpos se comuniquen, una necesidad de mirar al otro aunque sea solo de manera virtual.
La video llamada era el medio para que los cuerpos se comuniquen, una necesidad de mirar al otro aunque sea solo de manera virtual.
Morfi Jimenez proyecta imágenes sobre un lienzo instalado en la terraza de su departamento, emulando así una sala de cine, pero con una vista nocturna de la ciudad de Lima como telón de fondo.
En los suburbios de Bogotá, el principal problema han sido el hambre y los desalojos. Los muchos trabajadores informales de este país se encontraron sin el dinero para comer y pagar el alquiler.
A partir de varias de sus imágenes, mi compañera y yo pusimos en escena su trabajo en un video experimental, basándonos en nuestra propia percepción del confinamiento: un espacio vago, impreciso; sentimientos instintivos, básicos y retorcidos.
Durante estos días de cuarentena el ruido humano desapareció como lo hace los minutos posteriores a un terremoto.
En cada extremidad de tu cuerpo hay un árbol, y en el centro, otro se hunde de sangre, corazón y estuario.
El último visitante se marcha y tras él se apagan las luces, se cierran las puertas, una tras otra. Tras ellas el vacío, la oscuridad y el silencio. Una imagen ha quedado grabada en la retina o acaso ha sido creada por la imaginación. Se quedan los espacios que ahora retienen sin quererlo la ausencia. Ya no sucede nada y la vida ha quedado en suspenso.
Debemos inventar, crear, idear, dibujar, diseñar juntos un mundo nuevo.
Desde el inicio de la crisis y especialmente desde que se decretó el estado de alarma en España, tuvimos la certeza de que estábamos viviendo un hecho extraordinario. Así que nos propusimos documentar este momento que cambiaría nuestras vidas.
Ningún puente o templo se escapó, se volvieron más y más transparentes hasta que se diluyeron completamente.