El virus se comió mi vida
Igual que el mundo, yo me he detenido también. Y me he puesto a mirar.
Igual que el mundo, yo me he detenido también. Y me he puesto a mirar.
Cuando pueda volver al mar, a mis montañas, a mis bosques de niebla ojalá sea capaz de sentir ese mismo asombro.
Hice una ofrenda que empecé desde el séptimo día del confinamiento. Durante cincuenta días realicé un seguimiento fotográfico mientras llegaba la primavera.
Nunca tuve tantos estados de ánimo múltiples, disímiles, uno tras otro, en un mismo día.
Que se muera el arlequín
disfrazado de viuda en el imperio inmundo, que se muera el que parió monstruos y lo proclamaron santo
el calendario tiene una rosa muerta entre sus hojas, la lluvia es una pátina, una caricia trágica, una niña corriendo descalza en el desierto
Un joven estudiante de Medellín cuenta la historia del encierro a través de 7 podcasts con múltiples voces.